Uno de los interrogantes que los editores nos estamos haciendo para el nuevo año 2009 tiene que ver con la distribución, más en concreto, sobre qué va a pasar con los distribuidores. Los cierres, suspensiones de pagos y quiebras de algunas empresas de distribución del libro durante el año que ahora finaliza han hecho que cunda la alarma entre los editores independientes.
Los almacenes de nuestros distribuidores no son ni pueden seguir siendo el final de la película del editor, donde nuestros libros mueren olvidados como el Arca de la Alianza en la primera entrega de Indiana Jones. Los cambios que está sufriendo el mapa de distribución del libro en España son un síntoma más, no de la crisis temporal, sino de la aparición de un nuevo paradigma que tiene consecuencias en todo el sector. Como Manuel Gil y yo apuntamos en nuestro libro, los nuevos tipos de mercados, hiperfragmentados, de nicho, están generando profundos cambios en la distribución dentro del sector del libro. En nuestro diagnóstico planteamos que se está produciendo una revolución logística a nivel mundial, a la que la distribución del libro en España no puede permanecer ajena.
¿Hacia dónde es deseable que el modelo español evolucione? Evidentemente, uno de los caminos a seguir es el de la concentración en tres o cinco plataformas logísticas de carácter nacional que sean capaces de aglutinar la producción de los sellos editoriales independientes. Nuestro modelo de referencia en España de un macrodistribuidor con ingeniería logística avanzada sigue siendo el de COFARES para las farmacias. Pero cuando se ha planteado, en distintos foros, la posibilidad de una empresa de este tipo para el sector del libro, se nos ha afirmado rotundamente que es imposible en España. La razón: la producción de 70.000 títulos nuevos al año y la existencia de un fondo histórico vivo cercano al medio millón de referencias.
Pues bien, el pasado 17 de diciembre, con motivo de la celebración en la sede del ICEX del seminario "A debate: Cómo vender libros en español en EE.UU. (segunda parte): Canal de Mayoristas y Distribuidores americanos", tuvimos ocasión de escuchar a Lucia Doyle, responsable del Departamento de compras de libro en español de la empresa Follet Corp. Esta empresa fue fundada en 1873, y actualmente es una de las mayores distribuidoras de libros en EE.UU.
Los almacenes de nuestros distribuidores no son ni pueden seguir siendo el final de la película del editor, donde nuestros libros mueren olvidados como el Arca de la Alianza en la primera entrega de Indiana Jones. Los cambios que está sufriendo el mapa de distribución del libro en España son un síntoma más, no de la crisis temporal, sino de la aparición de un nuevo paradigma que tiene consecuencias en todo el sector. Como Manuel Gil y yo apuntamos en nuestro libro, los nuevos tipos de mercados, hiperfragmentados, de nicho, están generando profundos cambios en la distribución dentro del sector del libro. En nuestro diagnóstico planteamos que se está produciendo una revolución logística a nivel mundial, a la que la distribución del libro en España no puede permanecer ajena.
¿Hacia dónde es deseable que el modelo español evolucione? Evidentemente, uno de los caminos a seguir es el de la concentración en tres o cinco plataformas logísticas de carácter nacional que sean capaces de aglutinar la producción de los sellos editoriales independientes. Nuestro modelo de referencia en España de un macrodistribuidor con ingeniería logística avanzada sigue siendo el de COFARES para las farmacias. Pero cuando se ha planteado, en distintos foros, la posibilidad de una empresa de este tipo para el sector del libro, se nos ha afirmado rotundamente que es imposible en España. La razón: la producción de 70.000 títulos nuevos al año y la existencia de un fondo histórico vivo cercano al medio millón de referencias.
Pues bien, el pasado 17 de diciembre, con motivo de la celebración en la sede del ICEX del seminario "A debate: Cómo vender libros en español en EE.UU. (segunda parte): Canal de Mayoristas y Distribuidores americanos", tuvimos ocasión de escuchar a Lucia Doyle, responsable del Departamento de compras de libro en español de la empresa Follet Corp. Esta empresa fue fundada en 1873, y actualmente es una de las mayores distribuidoras de libros en EE.UU.
Los datos que nos facilitó la señora Doyle sobre Follett Library Resources son muy interesantes: la empresa cuenta con unos 1.000 empleados, tiene su sede en McHenry, Illinois, y cuenta con una superficie de 46.000 metros cuadrados, de los cuales, 35.000 están destinados al almacén logístico. En un doble turno de 8 horas, los empleados de Follett Library Resources manejan de manera informática un fondo bibliográfico en papel de 300.000 referencias, más otras 95.000 de carácter audiovisual. El recorrido del sistema de transportador, puesto en línea, es de 5,8 kms.
Para finalizar, tienen una media de 8.000 a 12.000 entradas de línea de pedido al día. Estos datos confirman que la revolución logística en el mundo del libro ya es una realidad. La transformación de la distribución ha venido de la mano del surgimiento de los nuevos mercados (mercado long tail), y de la aparición de los nuevos hábitos de consumo, así como de la transformación del mapa de librerías, con nuevas tipologías de establecimientos. Estamos acostumbrados los editores independientes a ser rechazados por ciertos distribuidores, con la escusa de que no pueden manejar más fondos. A la pregunta de con cuántos editores trabajan, la señora Doyle nos respondió: "Con todos los que quieran trabajar con nosotros". Distintas filosofías, distintas culturas.
Para finalizar, tienen una media de 8.000 a 12.000 entradas de línea de pedido al día. Estos datos confirman que la revolución logística en el mundo del libro ya es una realidad. La transformación de la distribución ha venido de la mano del surgimiento de los nuevos mercados (mercado long tail), y de la aparición de los nuevos hábitos de consumo, así como de la transformación del mapa de librerías, con nuevas tipologías de establecimientos. Estamos acostumbrados los editores independientes a ser rechazados por ciertos distribuidores, con la escusa de que no pueden manejar más fondos. A la pregunta de con cuántos editores trabajan, la señora Doyle nos respondió: "Con todos los que quieran trabajar con nosotros". Distintas filosofías, distintas culturas.
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