
Los almacenes de nuestros distribuidores no son ni pueden seguir siendo el final de la película del editor, donde nuestros libros mueren olvidados como el Arca de la Alianza en la primera entrega de Indiana Jones. Los cambios que está sufriendo el mapa de distribución del libro en España son un síntoma más, no de la crisis temporal, sino de la aparición de un nuevo paradigma que tiene consecuencias en todo el sector. Como Manuel Gil y yo apuntamos en nuestro libro, los nuevos tipos de mercados, hiperfragmentados, de nicho, están generando profundos cambios en la distribución dentro del sector del libro. En nuestro diagnóstico planteamos que se está produciendo una revolución logística a nivel mundial, a la que la distribución del libro en España no puede permanecer ajena.
¿Hacia dónde es deseable que el modelo español evolucione? Evidentemente, uno de los caminos a seguir es el de la concentración en tres o cinco plataformas logísticas de carácter nacional que sean capaces de aglutinar la producción de los sellos editoriales independientes. Nuestro modelo de referencia en España de un macrodistribuidor con ingeniería logística avanzada sigue siendo el de COFARES para las farmacias. Pero cuando se ha planteado, en distintos foros, la posibilidad de una empresa de este tipo para el sector del libro, se nos ha afirmado rotundamente que es imposible en España. La razón: la producción de 70.000 títulos nuevos al año y la existencia de un fondo histórico vivo cercano al medio millón de referencias.



Para finalizar, tienen una media de 8.000 a 12.000 entradas de línea de pedido al día. Estos datos confirman que la revolución logística en el mundo del libro ya es una realidad. La transformación de la distribución ha venido de la mano del surgimiento de los nuevos mercados (mercado long tail), y de la aparición de los nuevos hábitos de consumo, así como de la transformación del mapa de librerías, con nuevas tipologías de establecimientos. Estamos acostumbrados los editores independientes a ser rechazados por ciertos distribuidores, con la escusa de que no pueden manejar más fondos. A la pregunta de con cuántos editores trabajan, la señora Doyle nos respondió: "Con todos los que quieran trabajar con nosotros". Distintas filosofías, distintas culturas.
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