Ayer, 15 de enero, se cumplieron los 75 años de la inauguración del edificio de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Madrid, la actual Complutense, en el Campus de Moncloa. Ayer mismo decidí visitar, en homenaje particular a la facultad donde estudié, la Exposición organizada por tal motivo en el Conde Duque. Su programa de mano es una delicia, la exposición está hecha con cuidado, al mínimo detalle, con documentos y objetos de la época de la República, e infinidad de información preciosa, recogida en un imponente Catálogo (a la venta en librerías, yo lo hice en la Librería Antonio Machado), un testimonio esclarecedor de lo que la Universidad de la República fue y lo que luego, tras la Guerra, llegó a ser. Un homenaje a sus profesores, a sus alumnos, a sus alumnas (universitarias pioneras en los años treinta) y sobre todo un ejercicio de memoria histórica necesario. Una historia, más allá de vencedores y vencidos, que había que recuperar.
A esa generación de intelectuales formados en la universidad de los años treinta perteneció Julián Marías, pensador que me acompaña en mis lecturas y en mi labor editorial desde hace tiempo. Marías es uno de los pensadores humanistas más completos del siglo XX y uno de los intelectuales más sobresalientes de nuestra historia reciente. Coincidiendo con este 75 aniversario, edito ahora El vuelo del Alción. El pensamiento de Julián Marías, un libro colectivo que pretende fijar de un modo muy detallado su aportación personal y filosófica al pensamiento occidental. El resultado ha sido un riguroso trabajo pluridisciplinar que, desde un planteamiento divulgativo, reúne por primera vez a los mejores conocedores de su vida y su obra.
En colaboración con la Asociación Española de Personalismo, el libro propicia un espacio abierto de encuentro científico en torno a la figura de Marías, y se convierte en una obra de referencia, con vocación de futuro, que reivindica la urgente necesidad de aunar esfuerzos para transmitir los saberes y las vivencias de un humanismo integral y personalista, que tan bien supo encarnar Julián Marías en una vida puesta al servicio de la sociedad española, ávida -entonces y ahora- de razones para vivir y soñar.
Invitación a la Exposición, invitación a la lectura, a la memoria y a la justicia histórica.
1 comentario:
¡Cómo suena de bien! Mucha suerte con el libro. Un abrazo. María.
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